Había muchas
diferencias entre nosotros. Era algo que podía causar incomodidad, aunque
sintiera la más grande atracción por él. O podíamos demostrar que entre dos
adultos con mucho razonamiento, las disimilitudes comprendidas pueden construir
una sólida relación; solo teníamos que ser nosotros mismos.
Hablamos de sus motivos para
estudiar teología católica, con un chorro de futuros padres homosexuales; el
cual era cambiar el pensamiento homofóbico desde adentro; versus todo mi humor
ateo que podía llegar a ofender.
Le conté de cuan promiscuo había
sido en el 2017 y por eso estaba concentrado en buscar algo más emocional. Por
el momento y mientras tanto tenía una colección de juguetes sexuales para
satisfacer ese lado animal mío y podía seguir comprándolos. A él le pareció
superinteresante mi postura y me dio la esperanza de que por ese momento
compaginábamos para ser una bonita pareja y dejar de usar mis juguetes.
Mediante una semana donde nos
escribíamos por más de doce horas sin parar por Whatsapp, nos planteamos una
idea abarcadora de nuestras personalidades, maneras de ver la vida y lo que podía
ser nuestra relación; una claridad que no me brindaba casi ningún hombre.
Contraria a mi promiscuidad, él me confesó que llevaba sobre tres años solo y
sin contacto sexual hasta poder conseguir la persona indicada. Algo aun mucho
más raro de encontrar en una persona de nuestra edad.
La conversación estaba acompañada de
fotos de las cosas que hacíamos como tórtolos enamorados; lo que me permitió ver que era un
gordito hermoso y no estaba flaquito como en las fotos viejas que ponía en
Tinder. Era el oso cariñoso que siempre había estado buscando.
Al terminar el día él quería seguir despidiéndose con un mensaje de
“Buenas noches”, pero se lo pedí en mensaje de voz para escuchar su voz por
primera vez.
Lo reproduje muy nervioso y una voz
preciosa y suave dormilona me deseo unas “Buenas noches” junto a unos bellos y
originales versos terminando en mi futuro “nickname” “Caballero de la luna”
(por mi afición por el cuerpo celeste).
Continuará…
Derechos Reservados © Alexis Aguirre Rivera
Comentarios
Publicar un comentario