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Príncipe Cósmico 1: Romance en tiempos de Tinder

El huracán María destrozó a Puerto Rico y a los boricuas, pero mediante nos fuimos recuperando en la Navidad yo recibí el milagro que tanto añoré. Unos días después del año nuevo del 2018, la compañía de Liberty no había reparado la línea de internet en la casa de mi madre. Así que, para mantenerme conectado al internet por razones universitarias, de amistades y el mantenimiento del blog; conducía hasta la entrada de mi sector en Ponce, donde mi teléfono celular tenía más señal y varios negocios contaban con “wifi”. Me estacionaba, veía cuantas nuevas vistas ten í a el blog, bajaba episodios de Netflix, hacia el proceso de matr í cula “online” de Sagrado, respondía los mensajes recibidos y me di o por descargar nuevamente la aplicación de Tinder con la esperanza de volver a intentar encontrar el amor de mi vida. Mientras hacia mi complicada selección de los “match”, me escribí con varios hombres, pero ninguno rompía esa barrera de conversación sexualizada; hasta que sucedió
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Príncipe Cósmico 7: La primera vez

Era la primera vez que se quedaría a dormir conmigo. Fue incomodo porque yo tenía una cama “Twin”, ósea de una plaza, é l sudaba bastante por el calor y el abanico le dio cosquillas; pero estaba emocionado. Que alguien que te atraiga se quede a dormir contigo en t ú propio espacio es bien especial. Incrementa la confianza. Puse el episodio de “RuPaul’s Drag Race”, lo cual ya nos habíamos comprometido a ver juntos, y cuando llegaron los créditos del programa nos empezamos a dar acaricias y besos. Sentí que éramos uno solo y tuve una catarsis. Me senté en la cama y comencé a llorar. Él se preocupó por mi bienestar, si me había lastimado. Le dije que no, que estaba bien. Solo que temía que fuera una de esas tantas veces de las cuales estaba con alguien, me sentía acoplado y luego me echaban a un lado con cualquier excusa. Me abraz ó, besó y respondió que no pasaría eso. Que él estaba seguro de lo que estaba haciendo y yo era muy especial. Si había estado más de tres años solter

Príncipe Cósmico 6: Primer peluche-hijo

Cuando la cocina me dijo: ¿Qué vienes a buscar de comer? Si ya no queda nada. Me vi en la necesidad de salir al maravilloso Walmart, que ten í a al lado del nuevo apartamento. Como siempre, antes de agarrar cualquier cosa hice en mi teléfono celular una lista. Al terminar de comprar la comida, solo me faltaba buscar los jabones de avena que tanto me gustaban, pero por el camino encontré una hermosura. Se acercaba febrero y el Día de San Valentín; y como siempre ya Walmart tenía góndolas enteras de regalos y decoración. Entre todos los artículos vi cajas de peluches. Donde encontré uno de un perrito de orejas largas y ojos brillosos. Era idéntico a mi nuevo novio, m í Príncipe Cósmico. Busqu é el m á s inmaculado, que no estuviera toqueteado y sucio, y me lo llevé en el carrito. Se veía hermoso como el futuro dueño. Al día siguiente é l tenía su d í a libre en el trabajo y le propuse que se quedara conmigo a dormir por primera vez. Me dijo que iría a su apartamento a bañarse

Príncipe Cósmico 5: Fuera de órbita

Ahora los nervios lo pusieron nudo empezando una conversación física acompañada de nuestras sonrisas, hasta que tomé uno de los chocolates “Ferrero”, lo abrí, lo puse en su boca y con un beso me comí la mitad del dulce. Por su cara supe que le había encantado. Pareció que le había tocado una fibra emocional. Luego de otro beso, me mencion ó que era nuevo y emocionante para é l el hecho de que no me molestaba besarlo en público. Y le respondí que no salí del “cl ó set” para estar escondiéndome. Si había amor teníamos que demostrarlo, no hacíamos nada malo. Vi que ya estaba acabándose la taza de whisky, le di otro traguito, pero no lo toleraba. Se lo dije y é l lo acabo por m í , no estaba acostumbrado a beber as í . Seguimos hablando entre besos hasta que oscureció y entramos para buscar algo m á s de beber; pero el deseo fue tanto que comenzamos a besarnos hasta que terminamos intimando. Como nos sentíamos tan bien juntos ca í en una catarsis y le dije que me sentía tan bie

Príncipe Cósmico 4: Sí, se dio el primer “date”

Luego de dejarme plantado en nuestro primer “date”, me escribi ó al siguiente d í a para pedirme disculpas y contarme que después del drama que hizo, lo felicit ó su jefa porque la supuesta mala acción, fue lo m á s valiente en esa situación. Lo premiaron hasta con una botella de whisky. A m í no me quedo otra alternativa que creerle, no perdía nada con darle una segunda oportunidad y ofreci ó traer whisky, el cual nunca había probado puro, solo el “Fireball” que sabía a canela. Segu í organizando mis cosas en el nuevo apartamento y descansando de la mudanza del d í a anterior, me dolía los brazos y piernas por cargar tantas cajas. Salió del trabajo y se fue a bañar, para que no lo viera con su uniforme, lo que me indic ó que me tenía que empezar a preparar. Cuando me avis ó de que lleg ó , ya estaba preparado y montando conversación con mi nuevo “housematte”. Dije que ten í a visita y fu i a la entrada de los condominios a recibir al chico. Era una especie única y en

Príncipe Cósmico 3: Plantado en el primer “date”

Ya estaba loco por conocerlo y lo único que me retenía era el tiempo. Le comenté que me mudaría el nueve de enero. Lo haría con dos o tres semanas de anterioridad del comienzo de clases en la universidad para mudarme completo, limpiar el apartamento nuevo y el viejo, y ordenar todo hasta sentirme cómodo con mi nuevo espacio. Me respondió que salía a las seis de la tarde porque trabajaba ese día y s í quería me podía ayudar, seria una manera interesante de conocernos; en una mudanza. Sorprendido, le dije que era maravilloso porque necesitaba un “machoman” como él para las cosas pesadas, ya que mi nuevo “housematte” siempre estaba trabajando. Llegó el día, subí las cosas que ten í a en la casa de mi madre en Ponce en el auto de mi abuela, porque la guagua familiar que había heredado hace meses que la estaban reparando y salí rumbo a San Juan donde tendría que guardar cosas en el apartamento viejo en cajas para trasladarlas. Entre las cosas llevaba una caja de chocolates marca “Fer

Príncipe Cósmico 2: Los polos opuestos se atraen

Había muchas diferencias entre nosotros. Era algo que podía causar incomodidad, aunque sintiera la más grande atracción por él. O podíamos demostrar que entre dos adultos con mucho razonamiento, las disimilitudes comprendidas pueden construir una sólida relación; solo teníamos que ser nosotros mismos. Hablamos de sus motivos para estudiar teología católica, con un chorro de futuros padres homosexuales; el cual era cambiar el pensamiento homofóbico desde adentro; versus todo mi humor ateo que podía llegar a ofender. Le conté de cuan promiscuo había sido en el 2017 y por eso estaba concentrado en buscar algo más emocional. Por el momento y mientras tanto tenía una colección de juguetes sexuales para satisfacer ese lado animal mío y podía seguir comprándolos. A él le pareció superinteresante mi postura y me dio la esperanza de que por ese momento compaginábamos para ser una bonita pareja y dejar de usar mis juguetes. Mediante una semana donde nos escribíamos por más de doce horas